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El pan de cada Día

El pan de cada Día

EL PAN DE CADA DÍA
Viernes 26 de junio. El Evangelio siempre es actual. Hoy nos habla de sanación. Conocemos cómo era la situación de un leproso en tiempos de Jesús, ser leproso era sinónimo de exclusión. Las personas que sufrían esta enfermedad tan contagiosa no podían estar donde estaba la gente, tenían que mantenerse fuera de las ciudades y, por supuesto, fuera de «la ciudad» (Jerusalén). No sé si alcanzamos a comprender el sentimiento de soledad y marginación que podían experimentar estas personas. Carecían de cualquier contacto humano: ni caricias, ni abrazos, ni gestos de cariño o de cercanía… (seguramente ahora que casi no podemos tocarnos, ni abrazarnos, ni darnos un beso… lo comprendemos mucho mejor). El diálogo entre Jesús y el leproso es conmovedor y valiente por parte de los dos: “Señor, si quieres, puedes limpiarme”. La respuesta de Jesús: “Quiero, queda limpio”. Jesús sana, limpia y restituye. El reto de acercarse y tocar. Su gesto de extender la mano, tocar la vida y dejarse tocar por nuestra vida lo dice todo, de este encuentro nacen procesos de liberación y sanación. Hay situaciones y realidades que nos “tocan” muy adentro. Jesús nos invita a dejarnos “afectar” para poder sanar. Los grandes santos nos enseñan en esto, como nos recuerda el Papa Francisco en Lumen Fidei: “Acercándose a ellos, no les han quitado todos sus sufrimientos, ni han podido dar razón cumplida de todos los males que los aquejan. La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaña, con una historia de bien que se une a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. En Cristo, Dios mismo ha querido compartir con nosotros este camino y ofrecernos su mirada para darnos luz” (LF 57). Dejémonos “tocar” por Jesús para saber ser presencia que acompaña, luz que ayuda a caminar. Que con nuestra actitud gritemos a los demás: quiero que sepas que estoy contigo y que Dios está contigo, quiero que experimentes que el reino también es para ti.

Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)

Foto de hoy: Retablo de San Rafael y Tobías, con las finas tallas en madera policromada de Gregorio de Mesa, s. XVIII

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