Historia

La iglesia Parroquial de San Miguel de los Navarros, fue construida en el siglo XVI, dentro del denominado estilo mudéjar.

El mudéjasan miguel antiguor supone la pervivencia del arte musulmán en la España cristiana de la Edad Media y Moderna. Entre sus elementos fundamentales está el uso generalizado del ladrillo, cuyas medidas normalizadas condicionarán el grueso y la geometría de muros, pilares o arcos. El yeso es fundamental como sistema decorativo, bien blanqueando un muro exterior, bien en complejas yeserías. En la cubrición de interiores se usan tanto las bóvedas como las techumbres de madera decorada. En la decoración, se desarrollan formas geométricas de lazo y vegetales de ataurique heredadas de lo musulmán, añadiendo elementos cristianos.

Junto a las torres, cuya estructura deriva de los alminares musulmanes y los cimborrios también de inspiración musulmana, se construyen tres tipos de iglesias: las iglesias fortaleza, las iglesias de tres naves y las iglesias de una nave con capillas entre contrafuertes, cubiertas con bóveda de crucería sencilla, tipo al que pertenece nuestra iglesia.

En su aspecto exterior, la iglesia de San Miguel, se manifiesta como un compacto edificio de ladrillo, en el que destacan los volúmenes del ábside poligonal, de los contrafuertes y de la torre cuadrada y los planos de las capillas laterales y de la nave central. La torre, construida en 1396 por los maestros Esteban y Pascual Freís y acabada en 1583 por Juan de Lizarraga, es un volumen prismático cuadrado, situado junto a la portada monumental y ocupando el espacio de capillas entre contrafuertes.
La decoración exterior se desarrolla en el ábside donde destacan las grandes cruces flordelisadas recuadradas, sobre las que se despliega un friso de cruces de múltiples brazos formando rombos, rematado por el vuelo de la cornisa y en la torre, cuya decoración con motivos semejantes se concentra principalmente en el cuerpo de las campanas.

El interior de la iglesia del siglo XIV constaría de una nave de cuatro tramos y ábside poligonal, cubierto con bóveda de crucería sencilla, conservada en el ábside. Coincidiendo con un momento de pujanza económica de la parroquia, desde comienzos del siglo XVII, tienen lugar importantes ampliaciones y transformaciones de la iglessan miguel antiguo dibujoia. Jerónimo Gastón construye en 1604 el Trasagrario, ocupando el espacio entre el retablo mayor y el ábside, que es decorado por Felices de Cáceres.

Pero la gran reforma tiene lugar entre 1666 y 1669 de la mano de Gaspar Bastarrica, Juan de Marca y Pedro Cueyo, en estilo Barroco. Afecta fundamentalmente al interior, buscando conseguir la continuidad espacial de la nave y adoptando una decoración acorde de la época. La nave se cubrió con bóvedas de cañón con lunetos y se colocó el nuevo coro
construido en mármol de Calatorao por Martín de Abadía, sobre cuya tribuna se instaló el nuevo órgano de José de Sesma, lográndose un conjunto cuya monumentalidad y armonía arquitectónica sintonizan con el altar mayor.  Exteriormente se dotó al edificio de la actual portada monumental.

En el siglo XVIII se amplía esta nave lateral mediante la construcción de la capilla de Nuestra Señora de Zaragoza la Vieja, de planta cuadrada cubierta con cúpula sobre pechinas. El último añadido tiene lugar en 1898 y consiste en el chapitel de estilo modernista diseñado por Ricardo Magdalena para coronar la torre. Sobre un cuerpo troncopiramidal se eleva un campanil de hierro forjado con decoración floral y lineal, rematado por una aguja cónica. Las posteriores y sucesivas restauraciones no han afectado a la estructura de la iglesia.

En la capilla mayor de la iglesia, se conserva un importante mueble litúrgico como decoración del frente de su mesa de altar. En esta destacada obra son dos los aspectos que hay que tener en cuenta desde el punto de vista artístico: el trabajo pictórico de su parte central, con la representación del arcángel San Miguel que corresponde a la tradición gótica, con una cronología próxima a 1400 y la decoración de sus márgenes, en estilo mudéjar

Pero si hay algo que destaca en la iglesia de San Miguel de los Navarros y al que suele asociarse por encima de todo es el Retablo de Damián Forment. Su retablo atrae inmediatamente la atención del que entra en la iglesia, en una visión espectacular que tiene mucho que ver con la escenografía teatral de un espacio en el que el retablo ocupa la escena, convirtiéndose su titular San Miguel, en protagonista de la propia representación.

El 18 de Enero de 1519 se contrata el retablo mayor de San Miguel de los Navarros; realizado en madera, se incluye ya la nueva mazonería renacentista. En el banco se dedica a escenas de la Pasión de Cristo, mientras en el retablo, de tres calles, se halla presidido por el Santo titular, San Miguel Arcángel, dedicándose el resto de las escenas al desarrollo de las diferentes intervenciones del arcángel, según la narración de la Leyenda dorada. La imagen central de San Miguel, es una obra elegante y bella.

Otra nota distintiva de la iglesia de San Miguel de los Navarros, es la Campana de los Perdidos, la más famosa de las campanas de la Parroquia. Era por los años de 1505 que había junto al Huerva malezas abundantes, árboles corpulentos y altos cañaverales. Los trabajadores acostumbraban a salir temprano a cortar leña y regresaban con ésta casi al anochecer o a veces muy avanzada la noche y con frío intenso junto con las espesas nieblas del invierno; algunos se perdían en el camino de vuelta, preocupando a sus familias. Pero en el mes de enero de 1529, sobre todo la primera quincena, las grandes heladas y nieblas junto con copiosas lluvias, inundaron los alrededores de Zaragoza y en la madrugada de uno de esos días fueron encontradas varias personas muertas heladas al haberse perdido al volver.

san miguel hoyVistas las desgracias acaecidas y a fin de evitar otras igual de lamentables, el ilustre clero de San Miguel, auxiliado por varias personas, tuvo la idea de colocar todas las noches en la parte alta del campanario una gran linterna, cuya luz sirviera de guía a los que a deshora volvían a la ciudad.
Pero por una gran tormenta acaecida el 3 de Febrero, con viento huracanado, arrancó la linterna de la torre; de nuevo reunidos solicitaron que una de las campanas de la torre de la torre tocara de media hora en media hora desde el crepúsculo hasta las doce de la noche.
Cuando después se arrancaron los árboles, se comenzó a tocar la campana de hora en hora, hasta que desde el 10 de Enero de 1725 se tocó ya a las diez de la noche todo el año, variándose después de los memorables Sitios de Zaragoza, a las nueve de la noche en otoño e invierno y a las diez el resto del año como actualmente, en que siguen tocando las 33 campanadas del ritual.