EL PAN DE CADA DÍA
Miércoles 20 de mayo. Pan y cultura. Hoy encontramos a Pablo en Atenas, foco cultural de primer nivel donde se tiene que emplear a fondo en su discurso programático. Se trata de un momento crucial y de suma importancia, el mundo filosófico y religioso greco-romano tiene como nota dominante la pluralidad. Se hace necesario un talante abierto, dialogante, capaz de conectar con la cultura del auditorio. Pablo hace su esfuerzo intelectual y trata de empatizar al arrancar su discurso con esa perspicaz alusión “Al Dios desconocido”, tal y como rezaba la inscripción de uno de los altares que había llamado su atención. El punto de partida de su predicación será la sensibilidad religiosa de aquellos a quienes se dirige, la búsqueda de Dios inscrita en el corazón humano. Maravillosa su cita poética que recoge del ámbito cultural griego: “En él vivimos, nos movemos y existimos”. Hace valer el “parentesco” entre Dios y la humanidad como palanca para el diálogo interreligioso, sin descalificaciones, condenas ni prejuicios: “somos estirpe suya”. Lo más fascinante de este relato es que haya sucedido. Pablo, respetuoso en la escucha, es también valiente en su presentación del mensaje, que implica la conversión y el anuncio de la Resurrección de Cristo. Ahí es donde, para algunos, parece encallar la misión. ¿Triunfo o fracaso en el anuncio? Dejémoslo en manos de Dios que tiene sus caminos. La invitación a la escucha y al diálogo permanecen intactas. En el Evangelio el Espíritu Santo, maestro interior, nos sigue dando pistas de su modo de actuar en nosotros, si nos dejamos. Fina pedagogía que, en esta ocasión, acentúa su carácter gradual y procesual. Lo que quiere es hacerse entender y nos va guiando hacia la plenitud, hacia la verdad completa. Nos abre a la novedad de Dios y lo hace de forma creativa y creadora. Cargada de futuro.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Visita panorámica del conjunto histórico-artístico de la Iglesia de san Miguel de los Navarros
MAY