El Sacramento de la Penitencia o Reconciliación o Confesión, es el Sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para borrar los pecados cometidos después del Bautismo. Es, por consiguiente, el Sacramento de nuestra curación espiritual, llamado también Sacramento de la Conversión, porque realiza sacramentalmente nuestro retorno a los brazos del Padre, después de que nos hemos alejado con el pecado.
Tiempo y lugar: El Sacramento de la Confesión se puede recibir desde la apertura de la iglesia, media hora antes de la Eucaristía. El lugar son los confesionarios situados en la capilla lateral de Zaragoza la Vieja. En el caso de que no haya ningún sacerdote en ese momento, pasar por la Sacristía y preguntar si algún sacerdote puede confesarle.
Preparación: Para hacer una buena confesión se necesita: hacer un cuidadoso examen de conciencia, tener dolor de los pecados cometidos y el firme propósito de no cometerlos más, decir los pecados al sacerdote y cumplir la penitencia.
Contacto: Pasar o llamar a la Sacristía en el horario de Misas en el que habrá sacerdotes para el Sacramento de la Penitencia.