EL PAN DE CADA DÍA
Miércoles 17 de junio. Pan de ayuno, con limosna y oración. El final del primer libro de los Reyes y el inicio del segundo nos presenta el ciclo de los profetas Elías y Eliseo y su servicio carismático que tiene como objetivo erradicar la idolatría y fijar el culto al Señor. El camino que señalan los profetas se despeja y culmina con Jesús. Ir a lo esencial, buscar la gratuidad y la transparencia del corazón en la práctica religiosa es el “culto” agradable al Señor. En el Evangelio, Jesús denuncia todas aquellas prácticas que “bajo apariencia de bien” buscan alimentar el propio ego, la imagen o el prestigio ante los demás, ahí queda su paga. Esta crítica se alinea con la denuncia profética a toda forma de religiosidad que no tiene a Dios como centro y que da la espalda a los hermanos. Hoy se nos invita a la autenticidad que pasa por cultivar la interioridad, la humildad, la sobriedad y la gratuidad. Discernir el modo de vivir la práctica religiosa para no caer en la superficialidad, en la hipocresía y en la mera apariencia. El gimnasio de la vida espiritual y la vivencia profunda de la fe requiere la ejercitación continua. Necesitamos purificar siempre nuestras motivaciones, así como la práctica habitual del discernimiento personal y comunitario. Todos somos “personas de riesgo” ante el virus de la falsa religiosidad, podemos hacerle frente con los anticuerpos de la oración, la limosna y el ayuno. El verdadero culto a Dios se concreta con la práctica del bien y la justicia… “y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”. ¿Qué más quieres?
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Órgano de José de Sesma (construido en 1676 para el recién inaugurado coro barroco, en la caja trabajó el carpintero Jaime de Ayet)
JUN