EL PAN DE CADA DÍA
Martes 16 de junio. Migajas de perdón que llegan a todos, como el sol y la lluvia. Hoy el Evangelio lo ocupa todo. Pocos versículos, pero tremendos. Llegamos al culmen de la propuesta alternativa de Jesús: el amor a los enemigos. Jesús propone un nuevo modo de relación, un cambio radical que sólo puede partir de la fuerza creadora del amor y única respuesta que pone fin a toda violencia. Se trata de una no violencia activa: “Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen”. El resentimiento, la rabia, la sed de venganza y el odio ante el mal padecido, son emociones humanas, pero no son la respuesta. Porque deshumanizan y no cortan la cadena de violencias. De nuevo, la “receta” de Jesús es “desarmar” con el amor y el perdón llevado hasta sus últimas consecuencias. Quizá lo que se nos pide parezca demasiado, más allá del límite de las fuerzas y posibilidades humanas, pero es la llave del cambio. Nueva sensibilidad, nueva mirada que lo cambia todo. Ahí está la “diferencia” que reclama el cristianismo, lo “extraordinario”, lo nuevo, lo perfecto. El amor de Dios no tiene límites, como no tiene límite la plenitud a la que debemos aspirar: “sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto”. La perfección del amor merece ser explorada.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Talla de Cristo Crucificado en madera estofada, policromada y dorada sobre una cruz de madera negra adornada con rocallas doradas (de gran detalle y calidad, porta en su espalda la mano de José de Arimatea, según una antigua iconografía que hace referencia al descendimiento, segunda mitad del s. XVIII)
JUN
