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El pan de cada Día

El pan de cada Día

EL PAN DE CADA DÍA
Lunes 8 de junio. La bienaventuranza del pan. El nombre de Elías es ya una misión y el mejor resumen de la vida del profeta: “Yahvé es mi Dios” es su significado. La misión del profeta se sitúa en un contexto difícil, la alusión a la “sequía” hace referencia a esta situación problemática que hay que arrostrar. No faltará la ayuda del Señor como rezamos en el Salmo: “Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra”. El sermón de la montaña arranca en el capítulo 5 de Mateo con las Bienaventuranzas. Estamos ante la “carta magna” del nuevo pueblo de Dios. Las ocho bienaventuranzas constituyen el nuevo programa del reinado de Dios. Son enunciados de valor, una invitación a ir más allá y más al fondo, una denuncia de “bajezas”, una oferta de misericordia, una propuesta de sentido y don del gozo incontenible que trae el Reinado de Dios. Desde la propia experiencia de vida, Jesús invita a vivir una “felicidad” que está centrada en depositar la seguridad solo en Dios y hacer histórico su proyecto de amor y de inclusión. No son una moral, ni una filosofía, sino la experiencia de vida de Jesús y su apuesta por aquello en lo que toda persona coincide: la búsqueda de la felicidad y la plenitud. Como dice el Papa Francisco: “las Bienaventuranzas iluminan las acciones de la vida cristiana y revelan que la presencia de Dios en nosotros nos hace verdaderamente felices. Ellas nos enseñan que Dios, para entregarse a nosotros, elige a menudo caminos impensables, tal vez los de nuestros límites, los de nuestras lágrimas, los de nuestras derrotas”. Son promesas y señales donde despunta, aunque sea de lejos, la novedad del Evangelio y la vida nueva que se construye desde otro paradigma que incluye a todos.

Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)


Foto de hoy: Elías y el ángel (Óleo sobre lienzo del pintor Felices de Cáceres, 1607 en la serie de las paredes del Trasagrario).

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