EL PAN DE CADA DÍA
Viernes 29 de mayo. Que sí… que pan. Pablo sigue preso, enredado aún en la batalla legal que decidirá su suerte. Lucas vuelve a la carga e insiste en mostrar la inocencia del Apóstol quien tendrá ocasión de renovar su testimonio ante gobernadores y reyes. El gobernador sostiene que la acusación no concluye, no parece haber cargos graves, sino ciertas discusiones confusas acerca de religión y sobre “un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo”. Ahí está el meollo de su predicación: Cristo vive y te hace vivir. Juan, 21, queda poco por decir. El Señor pregunta a Pedro por la sinceridad de su amor. Podemos imaginar la “escalada” emocional de Pedro, tres preguntas del Maestro… ¿os suena de algo? La respuesta: tres síes por los tres noes de la negación. Son tres preguntas, eco y reparación de aquella triple negación de Pedro. Aprendizaje desde la propia fragilidad, amar más allá de los propios errores. La autoridad de Pedro se fundamenta en su amor probado hacia Jesús. Su grandeza radica en que sus caídas y debilidades no le hunden en la culpa ni en su imagen rota. No permanece entretenido y obsesionado en su propio “barro”. Sabe que el Maestro puede ayudarle a salir y, confiado, se abraza a su persona y su proyecto: “Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero”. La respuesta de Pedro muestra cómo su experiencia dolorosa le ha cambiado. Que sí… es un poco desastre, pero quiere a Jesús y los dos lo saben. El texto revela su itinerario de conversión y la depuración de un seguimiento que, para crecer, debe vaciarse de sí mismo y fundarse en la confianza humilde y amorosa en Cristo. Ese amor es la condición indispensable para desempeñar el oficio de pastor en la Iglesia y para cuidar de los hermanos. Pastor según el corazón de Dios. Señor, ¡qué podemos decir! Tú lo conoces todo, tú sabes…
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Talla en madera policromada de San Pedro Apóstol con el libro y las llaves (José Ramírez, 1750).
MAY