EL PAN DE CADA DÍA
Sábado 23 de mayo. Pedir el pan, recibir el pan. Un personaje nuevo entra en escena: Apolo, figura que destaca por su elocuencia y conocimiento de la Escritura. Sin embargo, precisa de un acompañamiento y de una instrucción más pormenorizada y de esa “catequesis” se hace cargo Priscila y Aquila. No podemos caminar solos, necesitamos la ayuda y el acompañamiento de la comunidad. La experiencia y el proceso personal y comunitario de aquellos que llevan más camino recorrido es siempre un enriquecimiento. Con estos apoyos, Apolo pondrá toda su inteligencia, sus conocimientos y entusiasmo al servicio de la fe y del anuncio del Evangelio. El libro de los Hechos realza este protagonismo comunitario que se deja conducir por el Espíritu y que cree en la complementariedad y el intercambio de dones y talentos. Pedid y recibiréis. Jesús nos invita a pedir, a situarnos en la vida y ante Dios asumiendo nuestra “indigencia” y vulnerabilidad. Tomar conciencia de nuestra identidad como “seres recibidos”, lejos de cualquier pretensión autosuficiente y autorreferencial. La oración de petición es reconocer la preminencia del don de Dios en nuestra vida, saber que no nos “pertenecemos” absolutamente, entrar en la lógica del don a la que nos invita el Evangelio. En la escuela de Jesús se aprende aquello que tan bellamente decía san Francisco: “es dando como se recibe”. No se elude nuestra responsabilidad, simplemente se recoloca mirando siempre a la fuente. Dios es Dios.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy sábado: Inmaculada Concepción de estilo barroco academicista (escultura realizada en mármol de Carrara por Juan Domingo Olivieri, c. 1750-1760).
MAY