EL PAN DE CADA DÍA
Lunes 30 de marzo de 2020. Que el pan no se haga duro, que el pan no se haga piedra. No tengo salida. Es lo que piensa Susana al verse acosada primero y acusada falsamente después, por aquellos dos ancianos pervertidos. Ella no cede al abuso y se pone en manos de Dios. Este relato popular quiere alabar la rectitud y sabiduría de Daniel, ajustada al derecho y la justicia. Y va más allá, quiere poner de relieve en el creyente la convicción de que Dios no abandona, ni su aparente silencio es inhibición del que mira para otro lado. Hay salida para el que pone su confianza en Dios, nuestra justicia. Quizá fue también esa la única esperanza que albergaba ya aquella mujer, colocada delante de Jesús a la vista de todos y a punto de ser lapidada. “Ha sido sorprendida en adulterio”, la ley ya sabes lo que dice y tú, ¿qué tienes que decir? Es la formulación de la pregunta trampa. ¡Qué fácil señalar con el dedo el pecado ajeno! ¡Qué fácil tirar la piedra y esconder la mano! Jesús ni siquiera “entra al trapo”… Tras un silencio que debió de hacerse largo y denso, escribe algo en el suelo (un gesto difícil de descifrar hoy para nosotros). Pero su palabra es clara y contundente: “El que esté libre de pecado que le tire la primera piedra”. Ahí queda eso. Parece que no quedó ninguno. Qué sanador para aquella mujer ayer y para nosotros hoy, escuchar de Jesús: “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más. Amén.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Piedra y pequeño brote verde (zona ajardinada en la trasera del templo parroquial anexa a los locales de san Miguel de los Navarros)
MAR
