EL PAN DE CADA DÍA
Martes 19 de mayo. Pan de liberación. La predicación y el testimonio de los misioneros suscita acogidas y rechazos, alguno de estos últimos violentos. Lucas hoy nos presenta un relato en el que Pablo y Silas son apaleados y encarcelados. Precisamente estos hechos permiten al autor narrar un acontecimiento extraordinario que abre las puertas de la cárcel donde se hallan presos y rompe las cadenas de los cepos. Es un modo también de decirnos que el mensaje del Evangelio no puede ser encadenado. Los misioneros son capaces de convertir una cárcel en espacio de oración, se pone de relieve la serenidad frente a la adversidad, la potencia liberadora de la Buena Noticia, así como el efecto que produce ésta en quien se abre a su novedad. Éste es precisamente el caso de la conversión del carcelero que se bautiza con toda su familia. Por donde pasa el Espíritu de Dios libera y produce alegría: “celebraron una fiesta de familia por haber creído en Dios”. Por contraste, el Evangelio de Juan nos hace saber la profunda tristeza que embarga el corazón de los discípulos porque se dan cuenta de que Jesús se marcha. En el ambiente se respira desolación y Jesús conforta a los discípulos con la promesa del Espíritu Santo. Con su acción renovadora en el mundo y en el corazón de los discípulos queda garantizada la fecundidad de la misión. Él nos habita y nos capacita, bombeando dinamismo de vida y de reconciliación, de justicia y de transformación personal e histórica. El Espíritu es dinamismo y apertura que nos “desinstala”. El espíritu es el que vence y convence: a Cristo le pertenece la última palabra.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Reja moderna exterior inspirada en el estilo gótico-mudéjar del templo.
MAY