EL PAN DE CADA DÍA
Lunes 11 de mayo. Pan y comunidad. En este día tan especial en el que hemos podido reabrir el templo para la celebración comunitaria de la Eucaristía, seguimos compartiendo el pan de la palabra. Hoy el libro de los Hechos de los Apóstoles narra un incidente pintoresco en Listra, a propósito de una sanación realizada por Pablo. La tarea evangelizadora se encuentra con la cultura pagana politeísta, hay tarea por delante, de inculturación y de purificación. Los toman por “dioses del Olimpo” con figura humana y pretenden ofrecerles un sacrificio. Pablo aprovecha el incidente para aclarar la situación y anunciarles al Dios único, creador de todo, paciente y comprensivo con las manifestaciones religiosas de los pueblos. No arrasa con todo, pero sí es vehemente en afirmar que hay un antes y un después. Anota que ha llegado el tiempo de convertirse al Dios vivo. La misión se va abriendo camino, no sin dificultades, encontrando lenguajes, signos… pedagogía evangelizadora desde el principio, al estilo del Maestro. Acoger a Jesús es escuchar la palabra de Dios y guardarla en nuestro corazón para que sea la brújula de nuestra vida. Esa Palabra reclama por su misma esencia, ser traducida en gestos y obras de misericordia. Como decía M. Blondel “Guardar la Palabra es cumplirla”. El que ama a Jesús, guarda la Palabra y Dios habita en él. El mismo Dios en el corazón del cristiano para que éste quede transformado. En medio de los desiertos y éxodos de nuestra vida y de nuestra historia, Dios habita verdaderamente en la tienda y en el templo del que cree y guarda su Palabra. Abramos nuestro corazón a la acción de ese Maestro interior que nos enseñará y nos recordará todo lo que nos ha dicho Jesús.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Puertas de la entrada principal en la fachada de San Miguel – Reapertura del templo – 11-05-2020
MAY
