EL PAN DE CADA DÍA
Miércoles 29 de abril. Pan que es refrigerio para el camino. Dios es luz, quien le sigue no camina en tinieblas. El creyente que afirma estar con Dios debe vivir en la luz. Andar en la luz es algo concreto y existencial: proceder con sinceridad. Como decía Santa Teresa de Jesús: “la humildad es caminar en verdad”. El apóstol insiste con sano realismo: somos pecadores, el pecado existe. Pero esa conciencia sentida de nuestra debilidad no debe llevarnos a la desesperación, sino a renovar la fe en Jesús, el justo, nuestro mejor “abogado”. El Evangelio hoy nos acerca un soplo de aire fresco. Jesús lanza un canto de agradecimiento al Padre, Señor de cielo y tierra, por su manera de hacer las cosas: te doy gracias, Padre. La gratitud es música que brota de un corazón ensanchado. Este corazón de Jesús que libera, que descarga, que aligera el “fardo”, pesado a veces, de nuestra vida. Aprended de mí que “tengo buen corazón” (manso y humilde), nos viene a decir Jesús. Vayamos y descarguemos en Él nuestro cansancio. Necesitamos un respiro y alivio, ninguno mejor que el Señor. Pedimos hoy la intercesión de Santa Catalina de Siena, patrona de Europa, ella que fue instrumento de paz, de concordia y de unidad. Eso que tanto necesitamos.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Sagrario (la capilla del Sagrario ocupa la cabecera de la nave lateral, añadida en el s. XVII; desde mediados del s. XX alberga el culto del Santísimo).
ABR