EL PAN DE CADA DÍA
Miércoles 22 de abril. Siempre pan, más pan. Los apóstoles reinciden en su propósito: anunciar en el templo al pueblo este nuevo “modo de vida” liberador y sanador. Con esta encomienda les abre los cerrojos de la prisión el ángel liberador. No se puede encerrar el evangelio, no se puede encarcelar la palabra de Jesús. El Sanedrín no atina a explicarse qué está pasando, andan confundidos. Mensaje de Lucas: cuando Dios quiere que algo vaya adelante… va. Toda oposición humana parece ridícula. El Evangelio nos presenta una de esas frases que son en sí mismas una síntesis de fe: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna”. ¡Cuánto cabe en ese tanto! Cabemos tú y yo, cabe el mundo entero. La clave de lectura de la vida de Jesús es la manifestación del amor gratuito de Dios por su pueblo. Estamos en el corazón de la fe cristiana, poniendo el amor en el centro lo tenemos todo. La palabra definitiva de Dios sobre el mundo no es el juicio, sino el amor. Él quiere poner luz para alumbrar nuestro camino. Acércate a la luz, siempre luz, más luz.
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Imagen del Sagrado Corazón, comienzos del s. XX (incorporado al retablo rococó del s. XVIII, cuyo dosel imita al del Pilar)
ABR
