EL PAN DE CADA DÍA
Miércoles 10 de junio. Pan y plenitud. Elías lanza un reto sobre la cima del Monte Carmelo a los profetas de Baal. Está en juego la fe única en el Dios de Israel y Elías la va a defender con arrojo. Les echa en cara que quieran “jugar a dos barajas”… Elías tiene la audacia de encararse con la realidad y coloca al pueblo en la urgencia de pronunciarse en un sentido o en otro. Lo hace con cierto sarcasmo. Su intención es hacer ver al pueblo que el Señor “es el Dios verdadero” y sólo Él puede cambiar el corazón. En el Evangelio, Jesús expone su postura frente a la Ley. No ha venido a abolir, sino a dar plenitud. Reconduce la mirada a la raíz y el objetivo último de los mandamientos y de la Ley que no es otro que el servicio a la vida, a la justicia, a la verdad, al amor. No opone a la Ley antigua una nueva ley, sino que la complementa, la perfecciona, la lleva a su plenitud. La rescata en su esencia, es la llave que nos abre a nuevas comprensiones. No nos quedemos en la letra de la ley, vayamos a su espíritu que es donde se descubre su plenitud. Ésta siempre nos recuerda la centralidad del amor, más allá de un “marco” cerrado de preceptos, se redimensiona desde la incondicionalidad de la ley interna de la caridad. La ley tiene en la misericordia y el amor la cúspide de su cumplimiento. «Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia» (Santo Tomás de Aquino). De su plenitud todos podemos recibir…
Juan Sebastián (Párroco de san Miguel)
Foto de hoy: Misal romano, impreso en Tournai (Bélgica) en 1907, está encuadernado en tapa dura forrada con terciopelo rojo, reforzada con cantoneras metálicas y decorada con las siglas del emblema de San Miguel doradas Q.S.D. (Quis sicut Deus). Se encuentra en el Museo del Trasagrario
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